jueves, 17 de abril de 2008

Tiempos Tecnológicos: 4 ejes fundamentales

Los avances tecnológicos a ritmos cada vez más acelerados han modificado varios aspectos de la vida cotidiana de la sociedad.
En primer lugar, a lo que denominamos la sociedad tradicional o de ‘segunda fase’ ha quedado un lugar atrás para ser reemplazada por la sociedad de la ‘tercera fase’ o ‘sociedad del conocimiento’. El rol de los ciudadanos también cambió: se invirtió el rol de los ‘viejos’ y los ‘jóvenes’ respecto al aprendizaje y al conocimiento. En la sociedad tradicional donde los ‘viejos’ instruían a los ‘jóvenes’, el conocimiento no estaba distribuido y su circulación era limitada. A su vez, se difundía sin un soporte de reglas y explicaciones, o, como cita Rafael Simone en el texto ‘La Tercera Fase’: ‘mira como se hace’. Se basaban exclusivamente en la memoria y no había ningún tipo de ratificación sobre los datos emitidos. En la sociedad de hoy, la ‘aldea global’, el volumen de conocimientos es infinitamente mayor. Con la difusión de las computadoras ya no estamos únicamente atados a la memoria, sino que todos los conocimientos que queramos preservar pueden ser almacenados. Por otro lado, con el creciente desarrollo de internet podemos utilizar el conocimiento en cualquier momento y lugar. Además, se ha enfatizado el control sobre la información y conocimientos enseñados, comprobando tanto fuentes y calidad, como también la exaltación del enfoque experimental. Sin embargo, la mayoría de las veces no sabemos valorar ni utilizar de forma correcta el conocimiento debido a que hay demasiado. No lo sabemos aprovechar, ‘poseer el record de un determinado conocimiento no equivale a disponer completamente de él’, afirma Simone. La educación tiene un importante vínculo con este tema. El peso de la escuela, la cual siempre tuvo una posición fundamental, el espacio donde se ‘reproducen’ los conocimientos, ha cambiado mucho. Fue perdiendo terreno debido a que en primer lugar, sólo se remite a una serie de conocimientos seleccionados y poco variantes, fijos. En segundo lugar, el proceso de difusión de metodologías sobre otro tipo de soportes de información también hace que la escuela quede en plano secundario. Por estos dos motivos Simone califica a la escuela como ‘cognitiva y metodológicamente lenta’. Además, hay que reconocer que ya no es el único lugar donde se difunde el saber de base, sino que se fueron creando diversos tipos de agencias de aprendizaje tanto generales como especializadas. Por esta razón, Manuel Castells en la entrevista hecha por Mayte Pascual en el texto ‘En Qué Mundo Vivimos’, argumenta que se debería cambiar la escuela: aceptar que la información esta en Internet y que lo esencial del aprendizaje es que, desde los profesores, se introduzca a los niños a la experimentación. Que no se ‘coarte su autonomía intelectual’. Otras cuestiones importantes que surgieron con Internet son la discusión por los derechos de la propiedad intelectual y el rol del Estado respecto al control de la información. Aunque haya ciertos programas que actúen legalmente, es casi imposible y muy difícil lograr el derecho a la propiedad en la red, principalmente porque desde sus inicios fue creado para interactuar, poder acceder a la información desde cualquier lado. Hoy en día, para compartir e intercambiar la información y para fomentar el crecimiento y la innovación. El mayor inconveniente lo tienen los grandes monopolios de música y cine que se encuentran en una larga lucha contra el libre comercio en la red y por más que sepan que perdieron siguen insistiendo, bloqueando así la innovación. Para los gobiernos esto es una preocupación mayor todavía. Gran parte de la población ya tiene control sobre la red. Por más que exista un programa detector de información ‘prohibida’ o ‘peligrosa’ es fácilmente burlado. Como funciona bajo un sistema de palabras clave, con solo omitir nombrar ‘democracia’, por ejemplo, los detectores son despistados. Además es posible castigar al autor, pero el mensaje difundido es casi imposible de parar. Este fenómeno ha llevado a cambios políticos y culturales. Más que nada, debido a la posibilidad de auto comunicación de emergencia entre las masas, caso que pudimos comprobar unas semanas atrás luego de que la presidenta Cristina Fernandez terminara su primer discurso respecto al paro del campo. Sectores indignados de la población salieron a las calles a manifestarse con un ‘cacerolazo’ que además de difundirse a través del ya familiar sonido producido por cacerolas golpeadas, fue difundido por mensajería móvil y continuó por todo tipo de red de comunicación, sea el ejemplo más claro vía e-mail. Ante esta situación de rápida comunicación entre las masas el gobierno no tiene escapatoria. Una vez más se demostró el gran poder que ejerce la población en estas circunstancias cuando posee la tecnología, recursos innovadores y la adaptación al nuevo medio.

Por: Carolina Schraiber

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