martes, 20 de mayo de 2008

Eduardo Kac y Bruno Latour: los a-modernos

Eduardo Kac, en la entrevista publicada por el diario Clarín, se define como un artista que buscar borrar las fronteras entre hombre, maquina y animal. También, establece una conexión especial entre el artista y su obra, la relación de seres vivos. Por eso, la mayoría de sus trabajos incluyen animales y plantas.
Entre las obras reconocidas de Kac y las teorías desarrolladas por Bruno Latour se observa una correspondencia de criterios. Latour en su ensayo, Nunca fuimos modernos, estudia la relación que existe entre la ciencia, la tecnología (elemento propio de la actualidad) y la sociedad. Es decir, contempla a la ciencia y a la tecnología como un producto social integrado por los humanos y los no humanos. Por humanos se entiende que hace referencia a los hombres, a los creadores y, cuando habla de no humanos, pone atención a cualquier objeto que tenga contacto con el ser humano o al entorno que lo rodea.
Al establecer que la ciencia es un conocimiento que no solo tiene validez en el ámbito científico sino que, también, se puede utilizar en otros ámbitos o disciplinas, evitando la separación, se acerca mucho a la perspectiva de Kac. En este sentido, Eduardo Kac utiliza materiales o elementos propios de la ciencia o de un laboratorio científico y los aplica en los seres vivios, ya sea en animales, plantas o humanos. Por ejemplo, una planta mutante que lleva tres meses creciendo en la Facultad de Agronomía fue modificada en base a un gen sintético. Otro caso es Alba, el conejo trangénico que se vuelve flúo con la luz. Ambas obras permiten ver claramente las relaciones que este artista establece entre lo natural y lo no natural, entre lo vivo y lo no vivo. Esto es posible porque vivimos en un entorno cultural y natural por eso, como dice Latour, la realidad no puede ser fragmentada sino que las distintas variables, posturas o disciplinas deben ser integradas porque todas existen.
Por lo tanto, Eduardo Kac (artista) y Bruno Latour (filósofo y antropólogo) pertenecen o se ubican en lo que éste ultimo denomina los a-modernos. A diferencia de los modernos, que establecen fronteras, no integran los conocimientos y realizan una especial valoración en el área científica, los a-modernos tienen una idea de progreso ya que intentan y logran integrar los conocimientos que intervienen en la naturaleza, la ciencia, la cultura y la sociedad.

Noelia Velayos.

martes, 13 de mayo de 2008

“Guerra de las ciencias”

El texto de Latour nos intenta marcar la clara diferencia entre los modernos y los a-modernos. Caracteriza estas dos posturas diferenciándola principalmente a partir del concepto de híbrido, lo cual define como la mezcla entre lo cultural y natural, estudiando dinámica entre ciencia, tecnología y sociedad.
Para Latour el término moderno es un régimen nuevo. Tienen como principios lo científico por sobre otros conocimientos, la objetividad y la neutralidad. Los modernos han cortado el nudo Gordiano: por un lado, el conocimiento de las cosas y, por el otro, el interés, el poder, la política. A mi entender, lo que ha hecho Latour es una división: Los analistas y científicos, forman parte de los modernos y los sociólogos, antropólogos, historiadores, economistas, pilitólogos, filósofos como los a-modernos. Ellos son, como nos dice Latour los que tienen como objetivo “volver a atar el nudo Gordiano, atravesando , tantas veces como hace falta, el corte que separa los conocimientos exactos y el ejercicio de poder, digamos la naturaleza y la cultura”[1]. Son ellos, los a-modernos, los respetuosos con su propia cultura y con la de los demás y los que mezclan distintas creencias, criterios estéticos y saberes prácticos.
Latour plantea claramente su posición cuando dice: “Es evidente que nuestra vida intelectual está muy mal hecha”[2]
Pondremos como ejemplo de lo planteado por Latour a Eduardo Kac, el cual en una entrevista nos habla de su relación con la obra como una relación entre seres vivos, por lo cual su trabajo incluye animales y plantas. Defiende sus obras como dialógicas, obras que intentan romper con la idea de que el artista genera objetos (podemos relacionar esto último dicho, con uno de los malos entendidos que se le plantea a Latour: No habla de las cosas en sí sino de la representación de los textos, objetos, cosas)
Eduardo Kac busca borrar la frontera entre máquina, hombre y animal. Para ello cambió los medios consagrados del arte por la genética, la etología cognitiva y las computadoras. Entre sus obras se encuentran: una planta mutante que lleva tres meses creciendo en la Facultad de Agronomía y que fue modificada en base a un gen sintético creado a partir de la máxima de Descartes: "Pienso luego existo"; "Alba", la coneja transgénica la cual tiene su pelaje flúo a partir del modificaciones genéticas; y hasta él mismo, quien se insertó un chip en la pantorrilla, el cual tiene un número que sirve para encontrar a un animal perdido. En el texto de Paula Sibilia[3] se menciona una cita de Eduardo Kac: “Los procesos biológicos se han vuelto programables; ahora también son capaces de almacenar y procesar datos de manera que no difieren tanto de las computadoras digitales”.
En su texto, Latour plantea que la fusión entre cultura y naturaleza ha alcanzado todos los espacios, incluso el periódico como nos da de ejemplo, en el arte también como vemos, ha tomado el territorio.

[1] Latour, Bruno. Nunca Fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica. Pág. 17
[2] Latour, Bruno, op. Cit. Pág. 20
[3] Sibilia, Paula (2005) El Hombre postorgánico. Pág. 69


Denise Rodríguez

Modernos, híbridos y arte transgénico

¿Qué significa ser moderno? Muchas veces creemos conocer el significado de algunos términos, como el concepto de modernidad, pero a la hora de definirlos, las palabras se escurren y no encontramos una adecuada explicación para ellos.
A través del análisis del texto de Bruno Latour, Nunca fuimos modernos (2007), comprendemos que existe más de una definición para lo que se considera moderno: por un lado, se trata de un sistema que modifica lo anterior y se opone a lo estable, una fractura que inaugura un nuevo tiempo; por otro lado, se refiere a una lucha entre ganadores y perdedores, o Modernos y Antiguos, en términos de Latour.
Este autor plantea una crítica hacia los modernos por la separación que éstos realizan entre el hombre y la naturaleza (aíslan al sujeto de su entorno), y propone reflexionar sobre el pensamiento de modernidad en la ciencia y la tecnología.
Lo moderno, además, comporta dos conjuntos de prácticas: las prácticas por traducción y por purificación. La primera, está compuesta por seres diferentes, híbridos, donde se produce la combinación entre lo natural y lo cultural; la segunda, crea dos ámbitos bien diferenciados entre sí: lo humano y lo no humano. Ésta última práctica concierne a lo que el autor denomina “crítica”, entendiendo por tal la segmentación de los estudios científicos en tres conjuntos: la naturalización (hechos), la socialización (poder de la sociedad) y la deconstrucción (discurso), que no se pueden combinar entre ellos (es decir que, por ejemplo, en los hechos naturalizados no hay sociedad y discurso).
El conjunto de prácticas por traducción corresponde a las redes. Latour presenta el ejemplo de la madeja de hilo de Ariadna como una metáfora para explicar el concepto de redes, donde los hilos establecen relaciones entre ámbitos como la política, la economía, la ciencia, la sociedad, la técnica y la religión. El autor advierte que continuamente se pueden encontrar artículos híbridos en los diarios, es decir, donde se mezcla la cultura y la naturaleza permanentemente, y donde la ciencia y la política, junto con los otros ámbitos mencionados se hallan “comprometidos en la misma historia”.
El concepto de híbridos es sumamente interesante, en especial cuando se ve su aplicación en obras de arte de artistas que conjugan a la perfección el componente cultural con lo propio de la naturaleza. Entre estos geniales creadores, se destacan las labores de Nicola Constantino, Mariano Sardón y Eduardo Kac. Acerca de este último, su visita a nuestro país en 2006 con motivo de la exposición de cuatro de sus grandes obras en la Fundación Telefónica generó una gran expectativa.
En una nota que concedió al diario Clarín, se destaca que se trata de un artista que “busca borrar la frontera entre hombre, máquina y animal”; de este modo, todas sus obras se encuentran dentro de un marco tecnológico, aplicando las mismas técnicas que utilizan los científicos, como la manipulación genética, a plantas, animales y bacterias.
Kac fue el autor de la planta mutante que respetaba la máxima de Descartes: "Pienso luego existo"; se trataba de la transferencia o implantación de un gen sintético a la planta a través del arte transgénico o bio arte. También fue el responsable de que un conejo, Alba, pudiese irradiar una luz de color verde mediante un proceso de manipulación genética, en el que le fueron introducidas moléculas de medusa.
Al leer su biografía en su página web, resulta atractivo el hecho de que este artista “explora las conexiones entre lo físico y lo virtual, entre lo biológico y lo tecnológico, con el fin de romper fronteras y entrar en una nueva ecología de lo híbrido”, advirtiéndose así el aspecto dialógico de sus obras. De esta manera, él trabaja constantemente con híbridos, en un entorno natural- cultural, donde a los elementos propios de la naturaleza, como la planta y el conejo, se ven modificados por la ingeniería genética. En este caso la relación obra- artista se trata de una relación entre seres vivos, lo que implica para Kac una reformulación de la idea de arte.
Ahora bien, esta redefinición de lo que comúnmente conocemos por arte, ¿no supone el replanteo de sus límites y su vinculación con la ética, dado que manipula la información genética de seres vivos? Dentro de la modernidad, donde los hilos de la “madeja” se relacionan de diferentes maneras, es casi inevitable que la combinación entre la naturaleza y la cultura traiga aparejada controversias y polémicas y que surjan cuestionamientos en torno al concepto de ética.

María Guadalupe Gabancho.

Los nuevos genios 'Latournianos'

A partir de los conceptos de modernidad e híbridos tratados por Bruno Latour nos encontramos con varias experiencias que justifican sus ideales dentro de la dinámica entre ciencia, tecnología y sociedad.
Cuando habla de moderno, Latour se refiere a aquellos que atribuyen la superioridad intelectual de lo científico por sobre otros conocimientos. No se dan cuenta que su área de conocimiento también interviene en lo social. Para Latour, los modernos son los que creen en la neutralidad, la objetividad, el ideal de progreso y que sobretodo priorizan sobre las actividades tecno-científicas. En contraposición, desarrolló la idea de los a-modernos, las personas conscientes de que hay una mezcla posible entre las creencias, los saberes prácticos, los criterios estéticos; Los respetuosos con la propia cultura y la de los demás. A partir de esta articulación de los distintos elementos, se genera una simetría perfecta, una dialéctica como forma para analizar los hechos culturales y sociales. Un caso ejemplar es la caída del muro de Berlín, la cual implicó un cambio radical en la economía dándole lugar al capitalismo y al desarrollo del liberalismo. Pero a su vez, no se contempló sólo el aspecto económico ya que también fue parte de grandes cambios sociales y adaptaciones culturales, más que nada del lado de la Alemania comunista. Este concepto de mezclar las distintas ramas del conocimiento sobretodo entre lo natural y lo cultural, Latour lo denomina: los híbridos. Dice que en la ecósfera hay proliferación de híbridos, como serían las computadoras, los microchips, el virus HIV, notas periodísticas. Una serie de elementos propios de cada época que incluyen a la población. Ahí es donde encontramos esta fusión entre la cultura y la naturaleza que ya a esta altura alcanza todos los espacios, tal como el ejemplo que da Latour al leer el periódico. Para ello, lo que Latour propone es ‘atar el nudo gordiano’, unir el corte que separa el conocimiento exacto del ejercicio del poder o mejor dicho, la cultura y la naturaleza.
Un muy buen ejemplo que sigue la línea de Latour es Eduardo Kac.
Eduardo Kac es un artista brasilero que basa sus obras en la idea de los híbridos. En otras palabras, busca borrar la frontera entre máquina, hombre y animal. Para ello cambió los medios consagrados del arte por la genética, la etología cognitiva y las computadoras. Entre sus obras se encuentran: una planta mutante que lleva tres meses creciendo en la Facultad de Agronomía y que fue modificada en base a un gen sintético creado a partir de la máxima de Descartes: "Pienso luego existo"; "Alba", la coneja transgénica la cual tiene su pelaje flúo a partir del modificaciones genéticas; y hasta él mismo, quien se insertó un chip en la pantorrilla, el cual tiene un número que sirve para encontrar a un animal perdido. Así fue que Kac se registró como dueño y animal al mismo tiempo. Defiende sus obras como dialógicas, obras que intentan romper con la idea de que el artista genera objetos. “Así, la relación entre el artista y la obra puede ser una relación de seres vivos. Por eso mi trabajo incluye animales y plantas”, dice Kac. Esta nueva forma de expresión del arte se expande cada vez más con artistas de todo el mundo, aprovechando desde la crisis de la ecología y los efectos del consumismo hasta el simple hecho de experimentar con el avanzado desarrollo de la genética. Hay que estar atentos para ver con que nueva idea nos sorprenden estos genios ‘latourianos’.

Carolina Schraiber

miércoles, 30 de abril de 2008

Tecnología y libertad en las sociedades actuales

Resulta increíble pensar que hoy en día nuestras vidas giran en torno a las nuevas tecnologías: a estar pendientes acerca de aquellos dispositivos de último modelo o simplemente el sentirse perdidos u abandonados del resto del mundo por estar separados de nuestros celulares o Internet. Sin embargo, resulta más sorprendente cómo de una Sociedad Tradicional planteada por Raffaele Simone, se llega a una Sociedad de la Información, término desarrollado por Manuel Castells, tan alejada y diferente de la anterior.
La Sociedad Tradicional, también llamada Sociedad de la Conversación se desarrolló desde los orígenes de la civilización hasta mediados del Siglo XX. Los conocimientos eran precarios y frágiles ya que eran almacenados en la memoria individual y colectiva. Según Raffaele Simone (2001) existía la división entre conocimientos evolucionados-sólo accesible para aquellos alfabetizados- y prácticos-distribuidos de manera oral y observando las técnicas-, por lo que su circulación los convertía en secundarios. Ambos conocimientos se adquirían de forma inmediata y no requerían conocimientos previos o software, una de las muchas diferencias de esta sociedad en comparación con nuestra sociedad actual, que representa la evolución de las tecnologías y un gran aumento en la cantidad del conocimiento.
La Sociedad de la Información, como la presenta Manuel Castells (2006), está formada por mentes que están al frente de la comunicación y de las tecnologías, y en la cual la Red de Redes (Internet) es esencial en nuestra realidad diaria.
A pesar de su gran peso e importancia, parece inaudita y extraña su escasa participación en la educación. Los dos autores previamente citados coinciden en que la escuela es una institución sumamente conservadora; esto se debe a que los conocimientos no son actualizados y estos evolucionan constante y rápidamente. Por lo tanto se hace necesaria una reforma educativa, como indica Manuel Castells (2006), la cual significaría la extensión del conocimiento, y a su vez que más gente tuviese la posibilidad de acceso a Internet como fuente de información.
Las fuentes que se pueden encontrar en ella son innumerables al igual que la cantidad de conocimientos que circulan y los lugares físicos donde se los puede consultar. Es muy complicado llevar un registro de los conocimientos que se encuentran en Internet, por ejemplo, y por lo tanto es también difícil controlar los derechos de propiedad intelectual. Hoy en día existen diferentes reglamentaciones y leyes que se centran en el respeto de los derechos de autor, y usos restringidos, pero cada uno de nosotros puede hacer un uso personal de la información que es libre de ser utilizada.
La libertad es la palabra clave ya que es la que nos permite expresarnos, desenvolvernos y comunicarnos dentro de nuestra sociedad actual. Sin embargo, muchas veces ésta se ve limitada por los Estados: ellos intentan controlar y domesticar diversos medios de comunicación, ya sea adueñándose de emisoras de radio y televisión, o a través de la regulación y vigilancia que se lleva a cabo. Un claro ejemplo es el del canal de televisión venezolana RCTV, que luego de 53 años en el aire, fue reemplazada por el canal público TVes por el presidente Hugo Chávez, por considerarla como “golpista” por atentar contra su gobierno.Los intereses económicos en los espacios publicitarios y la presión y el control político, coartan la libertad de los usuarios e intentan frenar la digitalización de los medios, puesto que la comunicación digital vulnera el control político de la misma. La encriptación ha sido propuesta como método para lograr la seguridad en la Red, pero los gobiernos se han encargado de rechazar la opción y de hacer lo posible para que ésta no se lleve a cabo. En definitiva, no hay garantía de que cada individuo tenga libertad total y que permanezca al margen del control en la comunicación, por ende, queda dentro de cada uno de nosotros demandar y hacer valer nuestros derechos a la libertad y privacidad.


Ma. Guadalupe Gabancho.

Comunicación natural y comunicación virtual

Comunicación natural y comunicación virtual

Creo que si hay palabras complejas y difíciles de definir, la palabra comunicación entra sin dudas dentro de esta categoría.

Para todo proceso de comunicación es necesario del aporte de conocimientos ya que ellos formaran parte del mensaje del proceso. A partir del conocimiento podemos hacer dos distinciones: conocimiento en las sociedades tradicionales y el conocimiento de la tercera fase (tal como nos indica Raffaele Simone en su texto “La tercera fase”). A partir de esta clasificación del conocimiento me animaría a hacer una también de la compleja palabra mencionada al principio del texto: Comunicación.

Para hacer una clasificación de la comunicación distinguiría a la comunicación del pasado y la comunicación del presente. A la primera la llamaría “Comunicación natural” y a la segunda “Comunicación virtual”. ¿Por qué me dirijo a ellas utilizando estos términos? Considero que la comunicación de “antes” era conformada a partir de los conocimientos de las sociedades tradicionales. ¿Qué significa esto? Los conocimientos sofisticados y evolucionados (a los que no todos tenían acceso) se adquirían en determinados lugares por ejemplo las academias. Los conocimientos prácticos por ejemplo “cuando llueve la televisión puede explotar” se adquirían en cualquier lugar. Los conocimientos evolucionados se difundían a través del lenguaje oral y escrito y los conocimientos prácticos “mirando como se hacía” a un mayor o alguien que tenía experiencia. Los conocimientos se heredaban. Con respecto a la capacidad de “guardar” esos conocimientos para que no se pierdan, solo se contaba con la memoria lo que producía una gran posibilidad de perderlos. El órgano de este tipo de comunicación, era el habla o la escritura. Como todo, cada modelo tiene su pro y su contra.

Las buenas características que se me ocurre mencionar de este modelo de comunicación tradicional, es que la voz de la experiencia era mucho mas respetada que hoy en dia en la sociedad, mismo todo conocimiento o la mayoría dependía de ella, no era imprescindible como hoy en día de un soporte técnico lo que muchas veces nos “ata” y principalemente (por lo que a mi respecta) era valorado el esfuerzo en aquellas personas que estudiaban y se esforzaban: “El experto gozaba de un privilegio intangible de ipse dixit, es decir, tenía una especie de autoridad permanente que le permitía decir (y a menudo hacer) cualquier cosa sin ser sometido a inspección o comprobación por parte de nadie”, dice Simone en su texto.

Con respecto a las malas características de este modelo es que el tiempo era mucho mas lento para comunicarnos. No había aparatos electrónicos para acortar tiempos. La circulación era muy limitada y precaria, estaba permanentemente expuesto al riesgo de disolverse y se difundia sin un soporte de reglas y explicaciones.

Para referirme al segundo modelo de comunicación mencionado “comunicación virtual” me gustaría empezar diciendo que es la base de la explotación del software. Con la comunicación virtual hablamos de mayor conocimiento, pero esto no significa que mejor que el anterior. En este modelo que he planteado, la importancia del conocimiento práctico producido por el individuo ha disminuido notoriamente. Ya no se produce nada artesanalmente si no que la industria se encarga de todo. Los conocimientos ya no tienen que ser conservados en la mente, si no que podemos guardarlos en soportes externos y solo utilizarlos cuando los necesitamos.

Este tipo de comunicación sin dudas, también produce lo que llamaremos “robo de la propiedad intelectual”. Es difícil poder tomar el control de la red ya que 1.000 millones de personas se conectan simultáneamente en la red.

Se habla de que internet esta cambiando las reglas de juego político y que la gente puede tomar el control e la red. Manuel castels en la entrevista que le realiza Mayte pascual n en el texto “El mundo en que vivimos” dice: “El gran hermano existe y es brutal cuando puede fulminar algo o alguien, pero es demasiado tonto para enfrentarse con las millones de mentes que pueblan la red en un sistema de inteligencia distribuida e interactiva”.

Se me ocurrió relacionar este texto con un artículo que he encontrado en el diario Clarin:

Humor político: cuando la Web no les causa gracia a los dirigentes


Manuel Castels en el texto de Mayte Pascual dice: “ Se puede matar al mensajero, pero el mensaje circula. Internet y las redes de comunicación móvil permiten la emergencia de una autocomunicación de masas y esta es una profunda transformación cultural y política”.

Denise Rodríguez

lunes, 21 de abril de 2008

Tecnologia, cultura y sociedad.

Una vez analizado los textos de Raffaele Simone y Mayte Pascual podemos observar, principalmente, que estos dos autores presentan una conexión. Ésta tiene que ver con el eje de la tecnología, la cultura y la sociedad.
El texto de Simone, hace referencia a la sociedad actual, también llamada la sociedad del conocimiento. Dicha denominación se debe a que la cantidad de conocimientos necesarios para vivir hoy en día se han incrementado a gran escala. Esta situación da cuenta de que existe una gran variedad de comportamientos que solo se hacen posibles si se posee conocimientos previos, de todo tipo, para el uso de distintos objetos u herramientas.
Sin embargo, la actual disponibilidad de esos conocimientos es una ventaja sólo para quién es capas de adquirirlos. Por eso, la sociedad se ve afectada ya que se invirtió el papel de los “viejos” y de los “jóvenes”. Los primeros solían ser los que transmitían el conocimiento a los segundos. Pero ahora todo cambió. Los jóvenes son los que poseen el saber y también los inventores de las nuevas tecnologías. Tal es el caso de Internet. El texto de Mayte Pascual hace referencia a que la red tuvo orígenes universitarios. Los hackers son otro ejemplo de esta situación actual porque son jóvenes creadores, frecuentemente estudiantes, motivados por la pasión de innovar.
Es preciso señalar, cómo era el conocimiento en las sociedades precedentes al nacimiento y expansión de la informática. Simone categoriza estas sociedades con el nombre de Sociedad tradicional. Aquí, los conocimientos sofisticados se formaban en lugares bien definidos (centros culturales, academias, etc). Estos conocimientos evolucionados se transmitían a través del lenguaje. Los conocimientos prácticos se adquirían "mirando cómo se hacía", mediante la comunicación oral o conversación. Por eso, el conocimiento en este tipo de sociedad era caracterizado de inestable porque siempre estaba expuesto al riesgo de perderse debido a que se basaba principalmente en la memoria. Además, muchos de los conocimientos se podían adquirir sin la necesidad de aprender una enorme cantidad de reglas o instrucciones previas. Entonces, su circulación era precaria y limitada.
En la sociedad de la Tercera fase el volumen de conocimiento es mucho mayor. En consecuencia, se crean “bancos del conocimiento” que son los lugares físicos en donde se acumula la información. Ya no es necesario conservar los conocimientos en la mente sino que se los deposita en soportes externos, como por ejemplo Internet.
Con respecto a la educación, ambos textos le otorgan vital importancia. Simone analiza a la escuela desde el papel que juega actualmente en la sociedad. Dice que es el lugar en el que se reproduce y distribuye el conocimiento en sus formas básicas, es decir, no es el lugar de la movilidad del conocimiento, sino el lugar en el que los conocimientos son transmitidos y clasificados.
Creo que la escuela en lo que respecta al desarrollo del conocimiento ha ido perdiendo cada vez más terreno, debido a que, no responde de manera eficaz a la gran revolución tecnológica, comunicacional y cultural que hoy en día vivimos. Esto se relaciona con la entrevista a Castells porque él habla de que las tecnologías de la información y comunicación tienen como efecto principal ampliar el potencial de la mente humana. De manera que, si no hay educación que permita que haya más capacidad intelectual de procesar esa información para transformarla en conocimiento especifico con el objetivo de usarlo, éstas tecnologías no sirven de nada. Entonces es necesaria la educación pero no sólo para los estudiantes sino también para los educadores.
Castells afirma que la clave del desarrollo actual está en vincular la conexión a Internet para usos educativos. Desde este punto de vista, considero que es necesario que la escuela cambie su metodología porque debe aceptar que la información, hoy por hoy, se encuentra toda en Internet. Por eso no se debe excluir a las tecnologías de la comunicación sino, incorporarlas para que ese conocimiento facilitado por las tecnologías pueda ser enriquecedor tanto para los alumnos como para el sistema educativo. Y así seremos cada vez más creadores de nuevos conocimientos.
Como todos sabemos la comunicación es la clave de la actividad humana y de todos los procesos de desarrollo. La tecnología es la que propicia nuevas posibilidades para los medios de comunicación. Internet se convierte en indispensable para nuestras vidas ya que permite la comunicación a escala global, en donde todos los usuarios buscan compartir información o intercambiar productos y servicios. Aunque haya modelos de programa que actúan legalmente, en la red resulta difícil defender los derechos a la propiedad intelectual. Pero no imposible. En una nota publicada por infobae, se estima que ya son mas de cien los usuarios en la Argentina que recibieron cartas documentos por violación al derecho de propiedad intelectual. Esto tiene que ver con el refuerzo del control legal y con la implementación de nuevas políticas contra la piratería en Internet.
Según Castells Internet se diseñó con la intención de que sea muy difícil de controlar la comunicación. Los gobiernos temen de aquellas libertades que no están definidas por sus propias reglas. Por lo tanto, le temen a Internet ya que no hay manera de domesticarlo y someterlo como por ejemplo lo haría la policía en la cuidad.
Para concluir, la sociedad de la tercera fase implica, de alguna manera, la sociedad red denominada por Castells; es la estructura social de nuestro tiempo construida a partir de individuos que buscan relacionarse universalmente. Éstos individuos, fueron y son movidos por una revolución cultural, en donde la comunicación y la tecnología van a la vanguardia.

Por: Noelia Velayos

jueves, 17 de abril de 2008

Tiempos Tecnológicos: 4 ejes fundamentales

Los avances tecnológicos a ritmos cada vez más acelerados han modificado varios aspectos de la vida cotidiana de la sociedad.
En primer lugar, a lo que denominamos la sociedad tradicional o de ‘segunda fase’ ha quedado un lugar atrás para ser reemplazada por la sociedad de la ‘tercera fase’ o ‘sociedad del conocimiento’. El rol de los ciudadanos también cambió: se invirtió el rol de los ‘viejos’ y los ‘jóvenes’ respecto al aprendizaje y al conocimiento. En la sociedad tradicional donde los ‘viejos’ instruían a los ‘jóvenes’, el conocimiento no estaba distribuido y su circulación era limitada. A su vez, se difundía sin un soporte de reglas y explicaciones, o, como cita Rafael Simone en el texto ‘La Tercera Fase’: ‘mira como se hace’. Se basaban exclusivamente en la memoria y no había ningún tipo de ratificación sobre los datos emitidos. En la sociedad de hoy, la ‘aldea global’, el volumen de conocimientos es infinitamente mayor. Con la difusión de las computadoras ya no estamos únicamente atados a la memoria, sino que todos los conocimientos que queramos preservar pueden ser almacenados. Por otro lado, con el creciente desarrollo de internet podemos utilizar el conocimiento en cualquier momento y lugar. Además, se ha enfatizado el control sobre la información y conocimientos enseñados, comprobando tanto fuentes y calidad, como también la exaltación del enfoque experimental. Sin embargo, la mayoría de las veces no sabemos valorar ni utilizar de forma correcta el conocimiento debido a que hay demasiado. No lo sabemos aprovechar, ‘poseer el record de un determinado conocimiento no equivale a disponer completamente de él’, afirma Simone. La educación tiene un importante vínculo con este tema. El peso de la escuela, la cual siempre tuvo una posición fundamental, el espacio donde se ‘reproducen’ los conocimientos, ha cambiado mucho. Fue perdiendo terreno debido a que en primer lugar, sólo se remite a una serie de conocimientos seleccionados y poco variantes, fijos. En segundo lugar, el proceso de difusión de metodologías sobre otro tipo de soportes de información también hace que la escuela quede en plano secundario. Por estos dos motivos Simone califica a la escuela como ‘cognitiva y metodológicamente lenta’. Además, hay que reconocer que ya no es el único lugar donde se difunde el saber de base, sino que se fueron creando diversos tipos de agencias de aprendizaje tanto generales como especializadas. Por esta razón, Manuel Castells en la entrevista hecha por Mayte Pascual en el texto ‘En Qué Mundo Vivimos’, argumenta que se debería cambiar la escuela: aceptar que la información esta en Internet y que lo esencial del aprendizaje es que, desde los profesores, se introduzca a los niños a la experimentación. Que no se ‘coarte su autonomía intelectual’. Otras cuestiones importantes que surgieron con Internet son la discusión por los derechos de la propiedad intelectual y el rol del Estado respecto al control de la información. Aunque haya ciertos programas que actúen legalmente, es casi imposible y muy difícil lograr el derecho a la propiedad en la red, principalmente porque desde sus inicios fue creado para interactuar, poder acceder a la información desde cualquier lado. Hoy en día, para compartir e intercambiar la información y para fomentar el crecimiento y la innovación. El mayor inconveniente lo tienen los grandes monopolios de música y cine que se encuentran en una larga lucha contra el libre comercio en la red y por más que sepan que perdieron siguen insistiendo, bloqueando así la innovación. Para los gobiernos esto es una preocupación mayor todavía. Gran parte de la población ya tiene control sobre la red. Por más que exista un programa detector de información ‘prohibida’ o ‘peligrosa’ es fácilmente burlado. Como funciona bajo un sistema de palabras clave, con solo omitir nombrar ‘democracia’, por ejemplo, los detectores son despistados. Además es posible castigar al autor, pero el mensaje difundido es casi imposible de parar. Este fenómeno ha llevado a cambios políticos y culturales. Más que nada, debido a la posibilidad de auto comunicación de emergencia entre las masas, caso que pudimos comprobar unas semanas atrás luego de que la presidenta Cristina Fernandez terminara su primer discurso respecto al paro del campo. Sectores indignados de la población salieron a las calles a manifestarse con un ‘cacerolazo’ que además de difundirse a través del ya familiar sonido producido por cacerolas golpeadas, fue difundido por mensajería móvil y continuó por todo tipo de red de comunicación, sea el ejemplo más claro vía e-mail. Ante esta situación de rápida comunicación entre las masas el gobierno no tiene escapatoria. Una vez más se demostró el gran poder que ejerce la población en estas circunstancias cuando posee la tecnología, recursos innovadores y la adaptación al nuevo medio.

Por: Carolina Schraiber